Jofre Porta

Interviu in MARCA (21/11/10)

El técnico catalán es uno de los fundadores de la Academia GlobalTennis de Mallorca. Por sus manos han pasado los mejores jugadores que han salido de las Islas. Destaca el compromiso y el trabajo de Carlos Moyá y Rafa Nadal

Jofre Porta ha sido el descubridor de talentos como Carlos Moyá, Rafa Nadal, Nuria Llagostera o Tomeu Salva-Vidal. El técnico catalán, que ahora trabaja en la Academia GlobalTennis de Mallorca, fue el protagonista este domingo de ‘Tie-Break’, el programa de tenis de RadioMARCA…

Usted fue el primer entrenador de Carlos Moyá. ¿Cuánto tiempo estuvo con él?

Con Carlos trabajé desde los 6 a los 17 años que se fue al CAR de San Cugat. Posteriormente, cuando tuvo la lesión de espalda y volvió a Palma, colaboré con Juan Bosch, por aquel entonces su entrenador, y viajé con ellos algunas semanas por el circuito. Hasta que se ha retirado hemos estado en contacto, le he ayudado en lo que podía y he disfrutado de su vida deportiva que ha sido ancha y amplia.

¿Ya apuntaba maneras por aquel entonces?

Competía muy bien, pero no era como Rafa, a quien se le veía desde muy pequeño que llegaría muy arriba. Carlos era como es ahora, un hombre tranquilo, con las cosas muy claras y las ambiciones muy bien definidas. Donde sí se mostraba muy grande era en la competición. Era capaz de jugar con niños mucho más grandes que él y hacer unos partidos magníficos.

Después de tanto tiempo conviviendo con él, ¿qué aspecto destacaría de Carlos?

Hay que destacar muchísimas cosas. Por ejemplo superar el complejo que siempre hemos tenido en Mallorca de que triunfar fuera de la Isla era muy difícil. Él abrió el camino y demostró que era posible ser número 1 saliendo de Mallorca. Creo que es uno de los padres del deporte balear en su apertura al mundo. Además subrayaría la manera en la que ha llevado su carrera, sin una sola palabra malsonante, sin un solo celo de nadie… Tengo un amigo, Paul Dorochenko, que solía decirme que “si fuera tan guapo como él, tuviera su dinero y jugara como él al tenis, sería un gilipollas”. Tenerlo todo y mantenerte normal cuesta muchísimo y él lo ha conseguido. Para los técnicos nos sirve de ejemplo para los más pequeños.

¿Recuerda alguna anécdota curiosa de aquella época?
Con Carlos hay mil anécdotas porque es un tipo con un gran sentido del humor. Quizá la más graciosa que recuerde fue una vez que fuimos a jugar un Campeonato de España por equipos. Carlos era un chaval rubio que ya llamaba la atención por su físico. Sin embargo, en aquella ocasión, el guarda que había en los vestuarios no le dejó entrar en el masculino porque le confundió con una chica. Es divertido pensar que un sex-symbol de su talla fue confundido con una chica cuando era pequeño.

El pasado miércoles, el del anuncio de su retirada, me imagino que fue un día triste…

No creo que fuera triste, pero sí muy emotivo. Cuando has conseguido lo que querías y has sido muy feliz haciendo lo que te gusta, no puedes estar triste. Sabes que un día llegará la retirada y en su caso ha venido acompañado felizmente del nacimiento de una hija y la mezcla de mil sensaciones diferentes. Creo que ha cumplido su objetivo en el tenis.

A la hora de entrenar, de comprometerse con el trabajo, con implicarse con el tenis… ¿Hay mucha diferencia entre Moyá y Nadal?

Sos dos conceptos de trabajo muy distintos, pero una implicación completa en ambos casos. Rafa es muy generoso en el esfuerzo y Carlos en la competición. A Rafa tienes que frenarlo y a Carlos empujarlo. De todas formas, a Carlos siempre le ha gustado presumir de ser más vago de lo que era porque siempre ha trabajado muchísimo. Cada uno tiene un papel muy diferenciado pero los dos muy comprometidos con su profesión.

¿Cuanto tiempo entrenó a Rafael Nadal?

Cuando dejé de trabajar para la Federación Española de Tenis montamos en Mallorca un Escuela de Tenis del Gobierno Balear y Rafa llegó de la mano de su tío Toni, que siempre estuvo implicado en el proyecto. Estuvo allí de los 10 a los 17 años, tiempo en el que disfruté mucho de trabajar a su lado.

Dicen que fue usted quien convenció a Rafa para que jugara con la zurda…

¡Eso sólo lo puede hacer un genio con el valor de Toni! Lo que sí es cierto es que cuando vi jugar por primera vez a Rafa con 8 años y me preguntaron cómo le veía, les respondí que jugaba de una manera impresionante pero golpeaba a ambos lados a dos manos y los buenos jugadores lo hacían sólo a una. Lo que nunca se me ocurrió fue que probara y terminara jugando con la izquierda, eso es obra de su tío Toni.

Con 24 años y un currículo envidiable, ¿cree que Rafa tiene margen de mejora?

La pregunta sería, ¿qué no puede mejorar? La ambición, que es enorme. Creo que tiene un leve margen de mejora a nivel táctico (el saque, el revés cortado, el revés de ataque, el paralelo…), a nivel físico sólo debe mantenerse alejado de las lesiones y a nivel psicológico es insuperable. Para mí es uno de los ‘grandes’ de la historia. Hablamos de él como el gran especialista en tierra, el mejor de todos los tiempos en esta superficie, pero sus victorias en Roland Garros han hecho sombra sin embargo a otras hazañas como ganar Wimbledon. Hay muy pocos tenistas que hayan conseguido ganar en un mismo año en París y Londres…

¿Cree que podría añadir la Copa Masters a su palmarés?

Es complicado. No sólo por la entidad de sus rivales sino por la pista, que no está hecha para él. Soy de los que piensa antes de que compita que va a ganar, pero hay que reconocer que ganar en Londres sería una nueva gesta para él. Pero… ¿por qué no? Rafa siempre responde y por eso es el número 1.

A diferencia de lo que vemos en otros tantos jugadores en el circuito, Rafa lleva toda la vida deportiva ligado a Toni…

Hay que pensar que Rafa y Toni han nacido y crecido deportivamente juntos. La importancia de Toni en este proyecto es altísima porque ha actuado tanto como entrenador como educador. Suyo es el mérito de la ambición deportiva de Rafa y su manera de asimilarlo. Además, Toni siempre está abierto a cosas ajenas a su equipo de trabajo. Es de los que pregunta, escucha, aprende…

Por último. Dice mi amigo Manolo Poyán que la Isla debe tener algo porque es una factoría de hacer números 1.

Creo que el carácter mallorquín del “no nos gustan los creídos” o “la soberbia y los divos no tienen espacio en esta sociedad” nos han permitido tener un ambiente de trabajo muy tranquilo y confortable que ha dado muy buenos resultados al tenis. No sólo a dos grandes como lo son Carlos y Rafa, sino también con nombres como Nuria Llagostera o Tomeu Salva-Vidal que han estado en un segundo plano. Conseguir los resultados que han cosechado estos deportistas saliendo de unas Islas tan pequeñas como estas es muy complicado.